¿Cómo perder el miedo a hablar en público?

Según Mark Twain, “hay dos tipos de oradores: los que se ponen nerviosos y los mentirosos”. Sin embargo, habría que añadir otro cliché: los que conocen la ciencia de la buena oratoria. Te ayudamos.

El 75% de la población tiene lo que se denomina glosofobia: miedo a hablar en público. Hay quien llega a experimentar sudores, temblores, falta de aire, enrojecimiento de la piel, pérdida del hilo e incluso mareos. Pero, afortunadamente, esta fobia se puede entrenar.

EL metodo TED: es todo un fenómeno viral. Se trata de las conferencias más famosas del mundo sobre Tecnología, Entretenimiento y Diseño (de ahí sus siglas). Ya hay más de 1000 charlas TED –muchas de ellas las tienes en youtube- cuentan con más de 400 millones de reproducciones. Uno de sus primeros oradores fue el mismísimo Bill Gates.

¿Cuál son el secreto de las charlas TED? Los conferenciantes son conscientes de que todo influye a la hora de lograr captar la atención de los demás: la narración, el lenguaje corporal, el tono, la empatía con el público, el humor…

Uno de los organizadores de las charlas TED, Jeremy Donovan, ha resumido en un libro los secretos de sus mejores conferenciantes que se pueden dividir en tres:

1.- Infecta las mentes del auditorio con un eslogan. Que sea breve, de tres a doce palabras. Sirven diversos trucos, como esta repetición paradójica de Charles Dickens al principio de Historia de dos ciudades: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos”. Dilo, al menos, tres veces.

2.- Los primeros 10 o 20 segundos son vitales. Tiene éxito contrastado arrancar con una anécdota personal, pero también funciona lanzar al público una pregunta intrigante, que empiece con los adverbios interrogativos cómo o por qué.

3.- Divide la intervención en tres partes. Eso ayuda a memorizar el contenido y a que el público capte el mensaje. Se puede estructurar como un relato: exponer la situación, plantear un problema y aportar la solución. En cualquier caso, no olvides estimular el hemisferio derecho –el de las emociones– con chistes o historias. Los mejores ponentes TED introducen aproximadamente una gracieta por minuto.

Tiene éxito contrastado arrancar con una anécdota personal

Además, para ahuyentar el miedo escénico es recomendable visitar el lugar donde darás la charla y estudiar dónde se va a colocar el público, si estarás sentado o de pie, si podrás llevar un guión…

 

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