Entre las especies cultivadas y salvajes, son casi mil tipos de bananas esparcidas por el mundo, todas identificadas por el nombre científico Musa. Tienen los más diversos tamaños, desde la pequeña Musa sepientum a la banana-ouro brasileña, que no ultrapasa 10 centímetros y 50 gramos, hasta la exagerada Musa inges, que crece en las florestas de Nueva Guinea y llega a casi un quilo en sus 50 centímetros de largo. Algunos historiadores sospechan que la banana sea la fruta más antigua del planeta. Su origen más probable es al sudeste de Asia. Por lo romanos, la exótica novedad llegó a Europa en el siglo I a.C.. En Brasil, llegó de las manos de los portugueses, aunque se cree que ya existían especies nativas de ese país. La fruta se adaptó al clima brasileño.
Las bananas son frutas muy energéticas, con bajo tener en grasas e rica en carbohidratos, en vitamina A, B1, B2 y C, y en varios minerales. El aminoácido que la fruta posee le brinda energía prolongada a los atletas, mientras que sus altos tenores de potasio evitan calambres. Además, las bananas son fuente de fibras solubles, sustancias importantes para disminuir el nivel de colesterol y prevenir el cáncer intestinal. La producción anual de 70 millones de toneladas se centra en la región tropical del planeta, y los principales productores son Brasil, India y Ecuador.