EL DECRETO
Cada palabra que se pronuncia es un decreto que se manifiesta en lo exterior. La palabra es el pensamiento hablado.
Jesús dijo dos cosas que no han sido tomadas en serio. Una, “Por tus palabras serás condenado y por tus palabras serás justificado”. En ocasiones dijo que aquel que tuviera oídos para oír que escuchara. La segunda referencia que hizo al poder de la palabra fue: “No es lo que entra por su boca lo que contamina al hombre, sino lo que de su boca sale; porque lo que de la boca sale, del corazón procede”. Más clara no se puede expresar.