El cáncer de seno (o cáncer de mama) se origina cuando las células en el seno comienzan a crecer en forma descontrolada. Estas células normalmente forman un tumor que a menudo se puede observar en una radiografía o se puede palpar como una protuberancia (masa o bulto). El tumor es maligno (cáncer) si las células pueden crecer penetrando (invadiendo) los tejidos circundantes o propagándose (metástasis) a áreas distantes del cuerpo. El cáncer de seno ocurre casi exclusivamente en las mujeres, pero los hombres también lo pueden padecer. El cáncer de mama es un padecimiento común para un gran número de mujeres. Las mujeres que rondan los 45 años son las más propensas a padecer del cáncer de mama.
Casi cualquier célula del cuerpo puede convertirse en cáncer y propagarse a otras áreas.
Los cánceres de seno pueden originarse en diferentes partes del seno. La mayoría de los cánceres de seno comienza en los conductos que llevan la leche hacia el pezón (cánceres ductales). Algunos cánceres se originan en las glándulas que producen leche (cánceres lobulillares). También hay otros tipos menos comunes de cáncer de seno.
Un pequeño número de cánceres comienza en otros tejidos del seno. Estos cánceres se llaman sarcomas y linfomas, y en realidad no se consideran cánceres de seno.
Aunque muchos tipos de cáncer de seno pueden causar una protuberancia (bulto o masa) en el seno, no todos lo hacen. Muchos cánceres de seno se encuentran en mamogramas de detección que pueden mostrar los cánceres en una etapa más temprana, a menudo antes de que puedan palparse, y antes de que se presenten síntomas. Usted debe estar atenta a otros síntomas del cáncer de seno e informarlos a su médico.
Para detectarlo se puede recurrir a una mamografía, pero también podrías hacer un chequeo en tu casa. Entre más pronto lo detectes más probabilidades tendrás de eliminarlo.
Cómo detectar el cáncer de mama utilizando la punta de tus dedos.
Los ginecólogos usan el siguiente método para detectar el cáncer de mama
Pasos para analizarte la mama:
Con las puntas de tus dedos índices y medio, explora el área de tus axilas y senos. Toca de manera profunda pero cuidadosa y presta atención a cualquier abultamiento extraño que percibas.
Se recomienda que realices este examen después de que tu período termine, pues durante éste la zona suele estar muy sensible y afectaría el tacto.
Si detectas algo anormal, no dejes de consultar tu médico.